
América Latina | Emilio Vargas Ortega
Karoline Leavitt aclara que la operación se centra en la lucha antidrogas y no confirma acciones bélicas directas
Leavitt indicó que el presidente Trump está preparado para utilizar “todos los elementos del poder estadounidense” para frenar el narcotráfico, y resaltó que numerosas naciones del Caribe han respaldado las operaciones antidrogas lideradas por Estados Unidos. Sin embargo, la portavoz se abstuvo de detallar posibles objetivos militares o bases específicas en territorio venezolano, subrayando que no anticiparía decisiones presidenciales sobre acciones militares.
El gobierno venezolano, por su parte, solicitó la intervención de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para supervisar y proteger la soberanía del país ante la proximidad de las embarcaciones estadounidenses. Nicolás Maduro ha insistido en que la presencia de estos buques constituye una amenaza directa y ha enfatizado la preparación del país para enfrentar cualquier eventualidad. Diosdado Cabello, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela y figura clave en la administración, mencionó que milicianos y fuerzas armadas se encuentran alistados para responder a posibles agresiones.
Recompensa por líderes venezolanos
Desde Washington se ha reiterado la postura de no considerar al régimen de Maduro como un gobierno legítimo, sino como un cartel de narcoterrorismo, según la perspectiva estadounidense. En este contexto, se mantiene vigente una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca a la captura de Nicolás Maduro, así como de altos funcionarios como Diosdado Cabello.
El anuncio ha generado distintos niveles de preocupación entre actores internacionales. Mientras Estados Unidos enfatiza el componente antidrogas de su estrategia, Caracas recalca la necesidad de vigilancia internacional para evitar cualquier escalada militar. La ONU ha sido notificada por la misión venezolana sobre la presencia prevista de un “crucero lanzamisiles” y un “submarino nuclear de ataque rápido”, entre otras unidades navales que se espera arriben a la región.
Contexto regional y repercusiones
Analistas internacionales destacan que la llegada de buques estadounidenses al Caribe no constituye necesariamente un preludio de conflicto armado, sino una muestra del aumento en la presión diplomática y estratégica sobre el gobierno venezolano. La operación antidrogas, en principio, cuenta con el respaldo de países vecinos preocupados por el tráfico ilícito de drogas, un fenómeno que afecta la seguridad regional y el orden público en varias naciones.
Venezuela, por su parte, ha reforzado sus protocolos de defensa y alertado a la comunidad internacional sobre la necesidad de monitoreo constante. La administración de Maduro insiste en que la presencia militar extranjera representa una violación de la soberanía y ha solicitado medidas preventivas para reducir riesgos de confrontación directa.
Perspectivas de los próximos días
Con la llegada inminente de las embarcaciones estadounidenses, se espera un incremento en las actividades diplomáticas entre Caracas y organismos multilaterales. Los expertos señalan que la combinación de presión militar y sanciones económicas podría influir en las negociaciones futuras, aunque aún se desconoce si habrá algún acercamiento formal o declaraciones conjuntas que modifiquen la actual tensa relación.
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