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Maduro enfrenta presión internacional tras revelaciones de Ovidio Guzmán en EE.UU.

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América Latina  | Emilio Vargas Ortega


Estados Unidos eleva a USD 50 millones la recompensa por Nicolás Maduro mientras se fortalece la cooperación judicial sobre narcotráfico y redes internacionales.

Articulo:

Las revelaciones judiciales de Ovidio Guzmán, hijo del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, han reconfigurado en las últimas semanas el tablero político y judicial en torno al presidente venezolano Nicolás Maduro. Guzmán se declaró culpable en julio de 2025 por cargos de narcotráfico en una corte federal de Estados Unidos y aceptó colaborar con las autoridades, aportando información considerada clave sobre redes internacionales de tráfico de drogas.

Según la información difundida por medios especializados en temas judiciales y de seguridad, el testimonio de Guzmán no solo expuso las operaciones del Cártel de Sinaloa y sus conexiones con grupos rivales como el Cártel Jalisco Nueva Generación, sino que también involucró directamente a altos mandos militares de Venezuela y al propio presidente Maduro.

Colaboración judicial y protección familiar

De acuerdo con el periodista de investigación Jesús Lemus, la cooperación de Guzmán permitió que 17 de sus familiares fueran trasladados a Estados Unidos bajo medidas de protección, un movimiento que confirma la magnitud de la información entregada. Lemus sostiene que los datos proporcionados han facilitado el mapeo de rutas de tráfico que conectan México, Venezuela y Colombia, rutas que, según fiscales estadounidenses, son piezas fundamentales del engranaje criminal que sostiene el flujo de cocaína hacia Norteamérica y Europa.

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La periodista venezolana Sebastiana Barráez también corroboró que el testimonio de Guzmán está siendo tratado como determinante por su precisión en torno a los actores involucrados y a las dinámicas logísticas de la operación transnacional.

Recompensa y designación internacional

En paralelo a estas revelaciones, el gobierno de Estados Unidos duplicó la recompensa por información que conduzca a la captura de Nicolás Maduro, pasando de 25 a 50 millones de dólares. Además, Washington reforzó su postura al designar al presidente venezolano como líder de una “organización criminal internacional”, una etiqueta que aumenta la presión diplomática y política sobre Caracas.

Este movimiento ocurre en un contexto de tensiones bilaterales persistentes. Desde hace varios años, la administración estadounidense ha acusado a Maduro y a figuras de su entorno de facilitar el tráfico de drogas y de servir de puente logístico para cárteles mexicanos y colombianos. La nueva recompensa refleja un endurecimiento en la estrategia judicial y política, ahora respaldada por declaraciones de un testigo de alto perfil como Guzmán.

Marco Rubio y la exigencia de un proceso internacional

El senador republicano Marco Rubio reaccionó a las revelaciones afirmando que Maduro “no es un presidente, sino jefe de una red criminal” y reiteró su llamado a que el líder venezolano sea procesado en tribunales internacionales. Rubio, una de las voces más críticas del chavismo en el Congreso estadounidense, subrayó que la evidencia aportada por Guzmán fortalece la necesidad de un cerco diplomático y judicial más amplio contra el mandatario venezolano.

Analistas políticos señalan que estas declaraciones de Rubio buscan también marcar la agenda electoral en Estados Unidos, donde el tema de Venezuela y el narcotráfico suele aparecer en los debates sobre seguridad hemisférica y política exterior.

Impacto regional y expectativa internacional

La combinación de un testimonio judicial contundente, medidas de protección familiar y un aumento en la recompensa contra Maduro genera un escenario de incertidumbre para la política venezolana. Mientras la administración de Caracas rechaza las acusaciones y denuncia una “operación de difamación internacional”, sectores de la oposición consideran que estas acciones podrían abrir una nueva etapa de presión externa sobre el régimen.

En América Latina, la noticia ha sido recibida con cautela. Gobiernos aliados de Caracas han evitado pronunciamientos directos, mientras que países con una relación crítica hacia Maduro observan con atención los efectos que pueda tener la colaboración de Guzmán en procesos multilaterales.

Organismos internacionales también han comenzado a tomar nota del caso. Expertos en derecho internacional advierten que la declaración de Maduro como líder de una red criminal podría ser utilizada como base en discusiones dentro de la Corte Penal Internacional, aunque la materialización de un proceso judicial de esa naturaleza dependería de un complejo entramado de factores políticos y jurídicos.

Conclusión

El escenario actual sitúa a Nicolás Maduro en el centro de una tormenta judicial y diplomática sin precedentes. La cooperación de Ovidio Guzmán con fiscales estadounidenses no solo amplía la narrativa sobre la conexión entre cárteles latinoamericanos y el poder político venezolano, sino que también multiplica las presiones externas sobre un mandatario que enfrenta crecientes cuestionamientos internacionales.

En este contexto, la recompensa de 50 millones de dólares y la narrativa impulsada desde el Congreso de Estados Unidos reflejan que el caso Maduro podría convertirse en un punto de inflexión en las relaciones hemisféricas y en la lucha contra el narcotráfico. El desenlace, sin embargo, dependerá de la capacidad de los distintos actores involucrados para transformar estas revelaciones judiciales en acciones concretas dentro de los ámbitos legal y diplomático.

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