Ambos grupos acusan a Estados Unidos de prolongar los conflictos en la región mediante su apoyo a Israel, y destacan que la postura estadounidense ha sido un obstáculo para la paz en Gaza, Cisjordania y Líbano
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La reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha generado fuertes reacciones entre los grupos militantes de Oriente Medio, como Hamas y Hezbollah, quienes manifestaron su escepticismo y críticas sobre la posible postura de la nueva administración en relación con la política exterior hacia la región. La influencia histórica de Estados Unidos en favor de Israel, sostienen ambos grupos, ha sido un factor determinante en la prolongación de los conflictos en Gaza, Cisjordania y el sur de Líbano.
Desde Gaza, el grupo islamista Hamas expresó su desconfianza hacia el próximo gobierno estadounidense, y realizó un llamado para que abandone lo que califican como un “sesgo ciego” hacia Israel. En un comunicado, Hamas sostuvo que la relación de su movimiento con la administración Trump dependerá del enfoque que esta adopte hacia el pueblo palestino y su lucha. Además, solicitaron el fin del apoyo militar y político estadounidense a Israel, así como el cese de lo que consideran una “guerra de exterminio” contra los palestinos en la Franja de Gaza y Cisjordania. El grupo palestino también resaltó las crecientes críticas en la sociedad estadounidense sobre la política exterior en la región, argumentando que algunas voces se han levantado en rechazo a lo que llaman una ocupación injusta.
Hamas también criticó a la administración Biden por lo que considera un respaldo a las fuerzas israelíes en acciones militares en territorios palestinos, acusando a Estados Unidos de permitir una situación que afecta a miles de civiles. Según ellos, las administraciones estadounidenses desde 1948 han adoptado una postura “negativa” en cuanto a la causa palestina, apoyando constantemente a lo que describen como “la ocupación sionista”.
En paralelo, el líder de Hezbollah, Naim Qasem, afirmó que el resultado de las elecciones en Estados Unidos no tendrá un impacto significativo en la situación que enfrenta el sur de Líbano. Qasem sostuvo que, para su grupo, la política estadounidense es menos relevante que los sucesos sobre el terreno. Refiriéndose a Estados Unidos como “el gran diablo” debido a su respaldo a Israel, Qasem subrayó que su postura hacia Washington y Tel Aviv no cambiará con la elección de Trump o cualquier otro candidato. Además, enfatizó los tres elementos de poder que considera definitorios de Israel: su apoyo aéreo con respaldo de Estados Unidos, el despliegue militar en la frontera y una estrategia que, según él, prioriza la fuerza.
Desde el inicio de los recientes enfrentamientos entre Israel y Hezbollah el 8 de octubre, más de un millón de personas han sido desplazadas en el sur de Líbano, y miles de civiles han perdido la vida. Los conflictos en las aldeas fronterizas han intensificado las tensiones, y Hezbollah continúa en la frontera afirmando que la fuerza israelí permanece en guardia, evitando enfrentamientos directos en varias zonas.
Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, la comunidad internacional sigue expectante sobre las implicaciones de su liderazgo en la política exterior estadounidense. Hamas y Hezbollah coinciden en que cualquier cambio en el enfoque hacia Israel será clave para los futuros desarrollos en Oriente Medio.
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