
Sur de Usa | Sofía Terranova
La iniciativa liderada por el Brad and Alys Smith Collaborative redefine el desarrollo regional
Articulo:
En el corazón de West Virginia, una iniciativa de desarrollo económico sostenible está reconfigurando el papel de las comunidades rurales en el mapa productivo del estado. Se trata del Brad and Alys Smith Outdoor Economic Development Collaborative, un proyecto que combina conservación ambiental, innovación tecnológica y generación de empleo juvenil en zonas históricamente marginadas por el crecimiento industrial.
Liderado por Corey Lilly y Andy Williamson, el programa ha logrado posicionarse como un modelo replicable de transformación territorial. Su enfoque no se limita a preservar los paisajes naturales de la región, sino que los convierte en activos estratégicos para el turismo, la educación y el emprendimiento local.
Un modelo de colaboración entre sectores
El proyecto se articula con universidades, gobiernos locales y empresas privadas para crear ecosistemas de innovación al aire libre. La Universidad de West Virginia ha sido un socio clave, facilitando recursos académicos y técnicos para el diseño de rutas, centros de interpretación y espacios de coworking en entornos naturales.
Este tipo de colaboración ha permitido que jóvenes profesionales encuentren oportunidades laborales en sus propios condados, evitando la migración forzada hacia centros urbanos. Además, se han creado programas de formación en liderazgo ambiental, gestión de proyectos turísticos y desarrollo de marcas locales.
Turismo ecológico como motor económico
Uno de los pilares del Collaborative es el turismo ecológico. A través de senderos, parques y experiencias guiadas, se promueve una conexión activa entre visitantes y el entorno. Las actividades van desde ciclismo de montaña hasta observación de aves, todas diseñadas con criterios de sostenibilidad y bajo impacto.
Los ingresos generados por estas actividades se reinvierten en infraestructura comunitaria, mantenimiento de espacios verdes y becas para jóvenes emprendedores. Esta lógica circular ha demostrado ser eficaz para dinamizar economías locales sin comprometer los recursos naturales.
Tecnología y conservación: una alianza estratégica
El uso de tecnología ha sido otro componente diferenciador. Mediante sensores, plataformas de datos abiertos y aplicaciones móviles, se monitorean los flujos turísticos, el estado de los ecosistemas y las necesidades de mantenimiento. Esta información permite tomar decisiones basadas en evidencia y ajustar las estrategias de desarrollo en tiempo real.
Además, se han implementado sistemas de energía renovable en los centros operativos del proyecto, lo que refuerza su compromiso con la sostenibilidad. La integración de paneles solares, estaciones de carga para bicicletas eléctricas y sistemas de recolección de agua de lluvia son parte del estándar operativo.
Impacto social y proyección regional
Más allá de los indicadores económicos, el Collaborative ha generado un impacto social significativo. Comunidades que antes enfrentaban altos niveles de desempleo y desconexión territorial ahora participan activamente en la planificación y ejecución de proyectos. El sentido de pertenencia y orgullo local ha crecido, y con ello, la resiliencia frente a desafíos estructurales.
El modelo ha despertado interés en otros estados con características geográficas similares. Delegaciones de Kentucky, Tennessee y Carolina del Norte han visitado West Virginia para conocer de cerca la experiencia y explorar posibilidades de adaptación.
Expectativas a futuro
Los líderes del proyecto proyectan una expansión gradual hacia nuevos condados, con énfasis en la capacitación de jóvenes y la diversificación de actividades económicas. Se espera que en los próximos tres años se duplique el número de empleos generados y se consolide una red regional de innovación ecológica.
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