Este de Usa | Elena Hartley
El fenómeno avanza sin tocar tierra, pero su cercanía amenaza con marejadas, erosión y corrientes peligrosas en Carolina del Norte, Massachusetts y Nueva York.
Articulo:
Millones de residentes y visitantes en la costa este de Estados Unidos permanecen bajo alerta esta semana debido al impacto indirecto del huracán Erin, que aunque no tocará tierra firme, genera condiciones marítimas de alto riesgo en al menos tres estados. Autoridades meteorológicas advierten que el sistema, actualmente de categoría 2, produce olas de hasta seis metros que podrían ocasionar daños en infraestructuras costeras, erosión acelerada y corrientes letales para quienes se acerquen al agua.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) informó que Erin mantiene vientos máximos sostenidos de 180 kilómetros por hora y avanza por el Atlántico norteamericano con trayectoria paralela a la costa. Aunque no se prevé un impacto directo, los efectos secundarios alcanzan playas de gran afluencia turística como los Outer Banks en Carolina del Norte, Cape Cod en Massachusetts y Long Island en Nueva York, donde ya rigen advertencias oficiales.
Advertencias específicas por estado
Las oficinas regionales del Servicio Meteorológico Nacional (NWS) han emitido comunicados en cadena para reforzar la prevención. En Morehead, Carolina del Norte, el NWS alertó que “olas grandes y peligrosas probablemente desbordarán e inutilizarán las dunas protectoras”, lo que aumentaría el riesgo de inundaciones locales. La advertencia incluye restricciones de acceso en áreas de playa y señala que nadar o surfear representa un peligro inminente.
En Massachusetts, la ciudad de Boston ya enfrenta oleaje elevado con pronósticos que anticipan erosión costera en las próximas 48 horas. En Nueva York, la alerta entrará en vigor desde la mañana del miércoles 20 de agosto hasta la tarde del jueves, abarcando Long Island y zonas cercanas, con vigilancia adicional por posible marejada ciclónica.
“Se esperan condiciones muy peligrosas para nadar y surfear, así como erosión significativa causada por el oleaje”, puntualizó la meteoróloga Casey Dail en declaraciones a Newsweek. La especialista insistió en que incluso observar el mar desde áreas cercanas puede implicar riesgos, dado que olas inesperadas podrían superar barreras de seguridad y arrastrar a curiosos desprevenidos.
Riesgos adicionales: marejada y corrientes de resaca
El fenómeno no solo trae olas gigantes, sino también la posibilidad de un ascenso irregular en el nivel del mar, lo que preocupa especialmente a las localidades con sistemas de defensa costera frágiles. El NWS Morehead advirtió que toda la población debe “mantenerse fuera del agua” por las condiciones extremadamente peligrosas.
En tanto, la sede del NWS en Nueva York recalcó la amenaza de “condiciones letales para nadar y surfear, erosión localizada de playas y corrientes de resaca que pueden arrastrar a los bañistas más experimentados hacia aguas profundas”.
Contexto regional y respuesta de autoridades
El paso cercano de huracanes al Atlántico norteamericano es un fenómeno habitual en esta época del año, pero la intensidad de Erin y el radio de sus efectos han encendido las alarmas. Expertos advierten que, con mares más cálidos debido al cambio climático, estos episodios tienden a ser más severos, aunque el ojo del huracán permanezca lejos de la línea costera.
En los tres estados afectados se ha activado un plan de prevención que incluye cierres temporales de playas, monitoreo continuo de dunas y sistemas de alerta comunitaria para informar sobre cambios de última hora. Autoridades locales insisten en que la mejor medida de seguridad es la precaución: no acercarse al agua hasta que la amenaza cese.
Expectativa en los próximos días
De acuerdo con los pronósticos, el oleaje más intenso se sentirá entre el martes y el jueves, coincidiendo con mareas altas en varias localidades. Tras ese periodo, el sistema debería continuar desplazándose hacia el norte y debilitarse gradualmente en aguas más frías. Sin embargo, la vigilancia meteorológica permanecerá activa para evaluar cualquier cambio en la trayectoria.
El NHC reiteró que “aunque Erin no toque tierra en Estados Unidos, los riesgos asociados a su oleaje deben ser considerados tan peligrosos como los de un impacto directo en zonas costeras”.
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