El endurecimiento del proceso busca evaluaciones más amplias de conducta y responsabilidad cívica en aspirantes a la naturalización.
Articulo:
El Gobierno de Estados Unidos anunció una nueva directriz que modifica la forma en que los funcionarios migratorios evaluarán el requisito de “buen carácter moral” en las solicitudes de ciudadanía. La medida, divulgada por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), amplía los criterios de valoración y establece que la revisión debe ser más integral, incorporando no solo antecedentes criminales, sino también aspectos de comportamiento social y aportes comunitarios.
Con este cambio, el Ejecutivo busca endurecer los filtros de acceso a la naturalización, en línea con una estrategia de mayor control migratorio que podría impactar a cientos de miles de solicitantes cada año.
Qué significa el “buen carácter moral”
El requisito de buen carácter moral no es nuevo en la legislación estadounidense. Durante décadas, ha formado parte de los criterios exigidos a quienes desean convertirse en ciudadanos. En términos generales, un solicitante debía demostrar no haber incurrido en delitos graves ni en conductas que lo descalificaran, como homicidios, tráfico de drogas o violencia doméstica.
Asimismo, la ley establecía que individuos calificados como “bebedores habituales” o que hubieran cometido fraude migratorio también podían ser rechazados. Usualmente, quienes cumplían con los plazos de residencia legal —tres años si estaban casados con un ciudadano estadounidense o cinco años en otros casos— podían aspirar a la naturalización, siempre que aprobaran los exámenes de inglés y civismo.
Con la nueva directriz, sin embargo, USCIS indica a sus oficiales que la evaluación no puede limitarse a una verificación mecánica de antecedentes, sino que debe ser una revisión más amplia de la conducta del solicitante.
Factores que ahora tendrán mayor peso
El memorando publicado el 15 de agosto instruye a los funcionarios a considerar con “mayor importancia” elementos como:
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Participación comunitaria y voluntariado.
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Cumplimiento de obligaciones familiares, incluyendo manutención de hijos.
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Vínculos familiares dentro de Estados Unidos.
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Nivel educativo y formación profesional.
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Historial de empleo estable y legal.
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Declaración y pago puntual de impuestos.
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Duración de la residencia legal en el país.
Estos factores buscan dar un panorama más completo de la vida del inmigrante, resaltando no solo la ausencia de faltas, sino también la contribución positiva a la sociedad.
Conductas bajo mayor escrutinio
La nueva política también señala que ciertas conductas, aunque no sean clasificadas como delitos, podrán ser consideradas en la evaluación. Entre ellas se incluyen:
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Infracciones de tráfico recurrentes o peligrosas.
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Casos de acoso o comportamiento intimidante.
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Solicitudes agresivas de apoyo económico en espacios públicos.
Si bien estos actos no necesariamente derivan en cargos criminales, USCIS sostiene que pueden reflejar una falta de responsabilidad cívica, afectando la percepción de buen carácter moral.
El valor de la rehabilitación
Otro aspecto relevante de la nueva política es que se ordena a los oficiales valorar señales de rehabilitación en solicitantes con historial negativo. Esto puede incluir la finalización satisfactoria de un período de libertad condicional, el pago de deudas fiscales atrasadas, el cumplimiento de obligaciones de manutención familiar o la presentación de cartas de apoyo de líderes comunitarios.
Con este enfoque, USCIS busca aplicar un balance entre rigor y oportunidad de redención, evitando que errores pasados condenen de manera automática a los solicitantes.
Impacto en el proceso de naturalización
Cada año, entre 600,000 y 1 millón de inmigrantes se convierten en ciudadanos estadounidenses a través de la naturalización, según datos oficiales. El endurecimiento del examen de carácter moral podría generar un aumento en los rechazos o, al menos, en la duración de los procesos, ya que los oficiales deberán llevar a cabo una investigación más profunda.
Expertos en derecho migratorio advierten que la medida puede generar incertidumbre, especialmente en solicitantes con pequeñas infracciones o con situaciones personales complejas que antes no eran consideradas determinantes. Sin embargo, también destacan que la inclusión de factores positivos abre la puerta a que los inmigrantes con un fuerte compromiso comunitario tengan mayores posibilidades de ser aprobados.
Una política con efectos duraderos
Aunque la directriz entra en vigor de manera inmediata, su impacto real se medirá en los próximos años. Los abogados especializados en inmigración recomiendan a los solicitantes mantener un historial limpio y reunir pruebas de contribuciones comunitarias, como participación en voluntariados o cartas de recomendación.
Para organizaciones que trabajan con comunidades inmigrantes, el reto será brindar más orientación y acompañamiento legal, evitando que los cambios en la normativa se conviertan en un obstáculo insuperable para quienes buscan formalizar su vida en Estados Unidos.
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