
Salud | Lucas Ramírez
Articulo:
Iniciativas locales combinan actividad física y espacios seguros para aliviar ansiedad y promover bienestar integral entre migrantes en el oeste del estado.
El ejercicio y la recreación se han convertido en herramientas clave para aliviar el estrés de la comunidad latina en Carolina del Norte, en un contexto marcado por un aumento en las deportaciones y un clima de desconfianza frente a las autoridades migratorias. Tres proyectos comunitarios destacan por su enfoque en bienestar físico y emocional, ofreciendo a familias y adultos jóvenes espacios donde moverse, socializar y sentirse seguros.
El oeste del estado, aunque relativamente alejado de redadas recientes, refleja el impacto de políticas como la HB 10 y la HB 318, además de la expansión del programa 287(g), que ha incrementado la cooperación entre cárceles locales y agencias migratorias. Esto ha generado ansiedad y miedo, haciendo que iniciativas basadas en ejercicio y actividades al aire libre sean esenciales para mantener la salud mental y emocional de la comunidad.
Clases comunitarias de Vecinos en Franklin
En Franklin, una pequeña ciudad de unas 4.000 personas con cerca del 16 % de población latina, la organización Vecinos ha creado un espacio de actividad física supervisada para inmigrantes. Bajo la guía de Esperanza Domínguez, enfermera y coach de nutrición, los participantes realizan ejercicios, estiramientos y sesiones de relajación acompañadas de diálogo sobre bienestar integral.
“Al principio vinieron pocas personas, pero hoy tenemos un grupo consolidado. Más que ejercicio, ofrecemos cuidado emocional y apoyo mutuo”, explica Domínguez. La iniciativa también proporciona transporte para quienes temen salir de casa, garantizando acceso seguro a estas actividades.
Latinos Aventureros: caminatas al aire libre
Otro proyecto, Latinos Aventureros, promueve caminatas guiadas por áreas naturales cercanas, fomentando la conexión con la naturaleza como herramienta para reducir ansiedad y fortalecer la resiliencia. Participar en estos recorridos permite a los migrantes explorar entornos seguros mientras desarrollan hábitos de vida saludable y crean redes de apoyo comunitario.
Somos Cultura: pilates consciente y pertenencia cultural
En Asheville y Hendersonville, Alejandra Carro fundó Somos Cultura, un programa de pilates consciente dirigido a la comunidad hispana. La iniciativa combina ejercicio con educación sobre salud emocional y pertenencia cultural, en espacios públicos como parques y centros comunitarios. “No es solo pilates; es un espacio para sentirse incluido, reconocido y acompañado”, afirma Carro.
Las sesiones son accesibles mediante donaciones sugeridas, asegurando que la participación no dependa de recursos económicos. Este modelo inclusivo permite que familias latinas experimenten bienestar físico y emocional en un entorno seguro y culturalmente representativo.
Impacto y relevancia
El ejercicio en grupo no solo mejora la condición física, sino que reduce niveles de ansiedad, mejora el sueño y fortalece vínculos sociales. En un clima migratorio que genera desconfianza, estas iniciativas se convierten en espacios de resistencia, autocuidado y empoderamiento para la comunidad latina.
Los tres proyectos reflejan cómo la combinación de actividad física, naturaleza y sentido de comunidad puede transformar la experiencia diaria de los migrantes, ofreciendo herramientas concretas para manejar estrés y construir resiliencia frente a un entorno desafiante.
Conclusión
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